miércoles, 9 de febrero de 2011

Sydney round 2

Así con Sydney. Una relación amor-odio. Volver me gustó porque la playa es linda, la gente es buena onda, cada día pasan cosas nuevas, y también porque ya conozco el funcionamiento de las cosas (eso sonará muy nerd, pero agrada tener cierta noción de control)… pero también me disgustó por lo caro y tramitoso (vieran todo lo que hay que hacer para poder postular a una pega tan simple como lavar platos) (como si uno anduviera pidiendo pega de físico nuclear)… y tampoco ayudó mucho la ola de calor que hubo… 42 grados el día, ¡y en la noche 30! Tanto así que, en una de ellas, a las 4:30 de la mañana, me desperté sobresaltada y hecha un charco como si me hubiera quedado dormida bajo el sol ardiente, jajaja… pero luego lo resolví echándome encima TODA el agua que quedaba en mi botella. Solución radical para problema radical y en 10 minutos dormía como los dioses. No hay meticulosidad en momentos extreme, opino. No mucho para mí, jaja.

Pero los días fueron divertidos (y hablo en pasado porque ahora estoy en Bali, jeje, cosa que ya explicaré). Seguí viendo a los chilenos de antaño, que volvieron a prestarme el internet y a cocinarme, jeje, y con uno de ellos, el Nico, hasta hicimos un paseo a Manly, una bahía (por así decirlo) media peloláis, a media hora de Bondi Beach (sede)… que está llena de playas, pececillos en el agua (el Nico hasta los vio con el snorkel) y senderos en los que meterse por parques nacionales. Muy lindo. Además, creo que logré avanzar con los trámites pre-pega… mandé a sacar el tax number, que es lo que me faltaba, aunque primero di la dirección del Nico (que la di mal), y luego di la de la Cake (mi amiga, de otra ciudad)… por lo que cruzo los dedos para que el número me llegue bien a alguna de las dos partes… se supone que en un par de semanas. De ahí estoy casi lista (ahora sí que sí, jaja). Hasta entrevista de pega tuve de precalientamiento (el español que conocí la otra vez efectivamente me llamó con el dato) (pero creo que no quedé).

Mi vida de hostal, por otro lado, no empezó tan divertida, porque luego de haber tenido una suerte impresionante, me tocaron unos compañeros terribles. Todos otra vez hombres (sigo sin saber porqué) (pero ese no fue el problema), entre ellos un francés que hacía como si nadie más existiera (nunca contestó siquiera mi educados “hello”) (barsa), un alemán que pasaba todo el día tomando cerveza con la mano en el pantalón, y que además juraba que la pieza era su lavandería (toda su ropa colgada, siempre), y un canadiense que todo el día veía la tele (y siempre deportes muy fomes) a todo volumen… tanto que podía escucharla a por lo menos 10 metros de la pieza… aunque por un día hubo un brasilero encantador, que tocaba la flauta traversa y que me invitó a Byron Bay (playa surfista) por una semana ¡en moto! (lo consideré seriamente, pero luego me controlé).

Pero después mi suerte cambió con los compañerines… cuando se fue el canadiense y llegó Lenny (Leonard), otro alemán, que resultó ser lo de lo más dulce y divertido que he visto. Alcanzamos a coincidir unos tres días, que los pasamos intercambiando datos (le quedaban tres semanas para terminar su Work and Holiday), tomando cervezas en el balcón, pelando a los roomate (al francés le puso “cocky” y al alemán “drunk”, jeje), y una noche hasta fuimos a una fiesta en un hotel (a la que al final no entré porque la pura entrada costaba 30 AUD) (ya, aguafiestas, pero a esta altura éramos más, y en verdad lo encontré mucho)… aunque lo mejor fue cuando el sábado nos fuimos en huelga e hicimos maratón de series gringas, comiéndonos las sobras del refri, y haciendo abdominales en los comerciales (él empezó y yo de mono lo copié) (aunque como por 4 décimas de segundo, jeje)… Creo que el punto peak de la noche nerd fue cuando yo fui capaz de RECITAR lo que decían los Simpsons, al mismo tiempo que ellos (era un capítulo que había visto mil veces, jejeje). No sé qué le impresionó más a Lenny, que yo me supiera algo así de memoria, o que fuera tan loca de declamarlo, jejeje, pero gozó, y con él también yo. Y sí, sé que estaba en inglés... pero me lo sabía tan bien que hasta logré achuntarle a la traducción, jeje.

Y eso era mi Sydney, una espera… hasta que me puse a calcular y caché que me salía más barato hacer esa espera en Bali (Indonesia). Los pasajes son caros, sí… pero encontré unos baratísimos, ¡a 700 AUD ida y vuelta!… bueno, no tan baratos, pero la vida acá (en Bali) sí, y tanto más, que el balance sí me es conveniente… además, me hace bien al alma, viajar (viajar fuera de mi viaje, jaja)… y quería tener un poquito de lujo… tener una pieza más rica (ahora tengo algo que hasta parece una suite) (y que me cuesta menos que cualquier pieza que haya tenido en Australia)… y traquetear en lugares un poco más originales… etcétera, etcétera… y aunque admito que me dio un poco de miedo partir sola (porque además mis tarjetas no funcionan) (más encima llegué bien de noche), estoy feliz de haberlo hecho porque es ¡precioso! ¡precioso! Precioso de verdad… tanto que voy por las calles, miro lo que hay, y llego a preguntarme si será una broma, si habrá alguna cámara oculta en alguna parte… hasta el aire tiene olor a flores. Más encima estoy chocha porque dejé mi mochila encargada en Sydney, y entonces puedo moverme libre como un pájaro.

Y como pueden deducir… me quedo un poco más, aquí (fuera de Chile). Cambié mi pasaje del 19 de febrero, al 30 de marzo. Mi idea es encontrar pega en Australia a la vuelta de Bali (el 25 de febrero), y de ahí volverme a Chile, para llegar de pie… aunque si me gusta, claro, me quedo más. Pero sin presiones. Si no, obvio que no voy a encontrar nada,. Ya estoy un poco estresada con el tema, y si me estreso más, voy a hablar un inglés tarzánico y a tener tics nerviosos y nadie va a querer contratarme, jaja. Aunque estoy pensando en trabajar en el campo, donde no tengo que hablar con nadie (qué amistosa. jeje). Es que me gusta la idea de un trabajo físico, sin espacio para pensar. Como que siento que podría limpiar algo en mí (aunque no sé qué), que podría ser un trabajo de renovación, expiación y renacimiento. Pero veremos. Este viaje ha sido suficientemente impredecible sin hacer predicciones al respecto, así que mejor no tentemos aún más al destino.




Con el Nico en el mall (donde fuimos a arreglar mi cámara).



"Yaa, no me molestís, además los malls son fomes", jeje.



Puente ícono de Sydney, cuyo nombre no recuerdo.



Al fin en Manly.


Una de esas cosas que una se pregunta porqué existen, de dónde vienen, y para dónde van.



Pájarito salvavidas aww.



¿Ven que allá andan por la izquierda? (aquí en Bali también). Su servidora aún no se acostumbra y es amenazada con ser arrollada día por medio.



Árbol lindo.



Nico dándome instrucciones, jaja.



Posando frente a una de las piscinas.



Pájaro con los ojos amarillos (crédito al Nico).



Paparazzeada.



Pareja romantiqueando en el precipicio.



"Subiendo del precipicio" (ésta se la copié al Nico) (nos pegamos sesión de fotos, jaja).


Pared gigante.



Jugando con el Nico.




Vista desde uno de los senderos del parque.



Un árbol arrugado que me recuerda a los de la peli del Mago de Oz (¿sabían ustedes que a Australia se le dice Oz?) (mish).



Ésta es para mi mami (mamiii, te amo muchooo), jaja (L) (mi mamá se llama Vivian).



Personas y perrín esperando fuera de un súper.



Casi todas las personas tienen tatuajes como esos.



Una enorme nube flotante.



En el ferry.



Entusiasmo.



Posando frente a los íconos australianos.



Edificios desafiando al cielo en la quinta ciudad más cara del mundo.



Mi pieza en el hostal de Bondi. Ojo con la lavandería. El de abajo es Lenny.



Bondi a las 6:50 am (para todos los que no me creen que a veces madrugo) (aunque admito que me desperté por el calor, jejeje).



Aren't they?



En Aus casi todas las playas (que he visto) tienen piscinas pegaditas. Esta en Bronte.



Otro de esos carteles provocadores.



La gente gozando sus piscinas al lado del mar.



Un señor enseñándole a bucear a una niñita, ni ahí con la lluvia.



¿Alguien más se da cuenta de que, aunque está nublado, el agua es azul?

3 comentarios:

galgata dijo...

Hola :)

Fer dijo...

viendo las foticas de al lado, veo que al final si trabajaste en el campo, cierto? y no te pareció que al final en vez de no pensar lo que más haces es exactamente todo lo contrario?

galgata dijo...

Sí!!! Y uno piensa tanto, es como ir al psicólogo, o peor, jeje.