miércoles, 5 de enero de 2011

Darwin y primeras impresiones de Australia.

Y aquí es donde estoy ahora. Muy al norte y lejos de todo, adonde nadie viene. Hasta los dueños del backpacker me preguntan porqué vine aquí, jeje. Admito que fue un error de cálculo, y es que cuando estaba planeando el viajecillo al norte, decidí ir a Cairns, ya que me encanta bucear, pero pensé que era mejor llegar de otra parte, para así ver y viajar más… y en el mapa lo que eran 1.500 kilómetros, me parecieron como 400… ¡siendo 1500!

Error de cálculo, jeje. Nada más que decir. Solo que una vez que me di cuenta, ya tenía el pasaje de avión comprado, así que decidí aclimatarme. Mi idea era buscar un grupo de viaje con ayuda del Gumtree (página bacán) para irnos por nuestra cuenta de un punto al otro, ojalá conociendo parques y centros de atracción varios… pero resulta que Darwin tiene una temporada seca y una mojada, y estamos justo en la que hace huir a todo el turismo (no me acuerdo cuál, jeje). Así que tuve que comprar un pasaje de avión que me llevará mañana a Cairns, a las 6:20 AM. Lindo, ¿no?, jeje. Ah, y también tuve que comprarme una cámara, porque la mía se murió (y por motivos desconocidos)… aunque me salió 100 dólares (siendo la más barata) y es la mejor que he tenido nunca, así que tal vez no sea tan terrible (si encuentro trabajo).

Lo que sí es nerd es que haga cosas como compartir pieza con NUEVE personas más para ahorrarme unos 3 dólares, y que luego me pasen cosas como estas. Ni siquiera he comido afuera. Me compro todo en el Woolworths, que viene a ser como el Líder, y marca Wallmart más encima… y como es la marca del supermercado, ni siquiera se molestan en hacer etiquetas choras, sino que son todas blancas y sencillas. Así que me siento como si fuera el correcaminos atiborrándome de productos ACME, jaja. Aunque son bacanes, y me hacen sentir inteligente, por conseguir lo mismo que la otra gente, pero a mejores precios (la picada, jaja). “Que se revuelquen en sus productos rebuscados”, comento conmigo misma con desprecio, jaja.

Y de todos modos, estoy fascinada. Darwin resultó ser selvático y remoto, todo lo que yo quería. Además, es muy tranqui, y no hay muchas personas, por lo que he podido conocer a casi todos los roomates, e ir a sentarme a los parques como una desempleada cualquiera. Hasta en micro anduve (yendo a arreglar la máquina de fotos) (o tratando de), a la par de un aussie cualquiera. Y yo creo que me veo tan relajada como me siento, ¡ya que hoy un AUSTRALIANO me preguntó dónde quedaba una calle!, con tal que me vio como una persona local y de autoridad, jaja. Tate.

Y en lo poco que llevo acá, ya hay algunas cosas que me llaman la atención. El australiano no es tan parecido al gringo como lo hubiera creído. Tiene ese amor por el aire acondicionado, que hace que uno se congele sin previo aviso cuando entra a un local apenas para comprar leche… pero en general son bastante sucios, a casi todos les faltan dientes (no sé porqué, también a los jóvenes), y reciclan, pero luego hacen cosas curiosas como dejar los autos con la llave adentro y funcionando mientras se bajan alegremente (y por largo rato) a hacer trámites. No es mentira que hoy, en la calle principal, había tres autos ronroneando sin dueño a la vista. No solo es antiecológico sino medio tonto, porque cualquiera podría entrar y llevárselo. Hasta a mí me dieron ganas, y eso que no tengo ningún incentivo real. Un auto prendido sin nadie a la vista, es hasta una provocación.

Otra cosa que me llama la atención es que no hay kioscos, ni chocolates normales. Y que las cosas son bastante más caras en Chile, aunque las baratas son bastante más baratas (un McFiesta vale 8 dólares, en el McDonalds, un kilo de duraznos 4, pero una cámara de fotos excelente con 14 pixeles y todos los accesorios solo 100).

También me llaman la atención los aborígenes de la zona. Para empezar - y sin querer ser racista – son realmente negros. Nunca he visto – ni en la tele – a personas de piel tan oscura, son casi azules, y además altísimos, con unas piernas larguísimas y musculosas, y con unos ojos enormes. Yo nunca he sido racista – ni pretendo serlo – pero cuando estoy sola en la calle de noche y me los encuentro, admito que me dan un poco de miedo, porque son tan físicamente llamativos, y superiores a mí… yo soy una cosa ridícula al lado. Si quisieran hacerme algo, matanga. Entonces me pasa que no puedo dejar de mirarlos, y hago como que no existen para disimular mi perplejidad, o se me olvida y los observo directamente, y quedo como una picante en ambas situaciones, por supuesto, sin intención de.

Aún así hay algunos que ya me cachan, y que hasta me aprecian, y con lo que nos saludamos jovialmente. Como son tan oscuros, tienen unas sonrisas totalmente luminosas, con esos dientes blancos, que la emocionan a una... pero que también asustan un poco (aunque siempre sonrío de vuelta). Como el gato de Alicia en el país de las maravillas. Sí, soy una nerd. Por eso se dice que la xenofobia es falta de cultura. Esto no me impresionaría tanto si los viera siempre. No me daría vuelta a mirarlos. No me darían un poco de miedo. Es porque no sé descifrarlos. Cuando fui al sudeste asiático al principio me pasaba lo mismo (aunque no me daban miedo, pero porque no son altos): no sabía descifrar sus gestos y los confundía entre ellos. Me parecían todos iguales. Pero al final del viaje, ya podía distinguir diferencias que en por entonces ya me parecían obvias. Tal vez con ellos me pasa lo mismo. Tal vez sea solo falta de costumbre. Ojalá, porque encuentro atroz que me pase algo así. Es que son también son tan altos.

Tal vez sería menos contrastante si hubieran mulatos (o zambos, si fuera el caso) (no sé) (me falta san Google, jeje), y es que la gente acá es o muy rubia, o muy oscura. Y se evitan entre ellos. En la micro, tanto a la ida como a la vuelta, iban blancos y negros separados unos de los otros, como si nunca hubiera existido una Rosa Parks. Y estos aborígenes (o descendientes de ellos) siempre están en la calle, aunque bien vestidos. No me he topado a ninguno trabajando, excepto a un par en el supermercado, pero tampoco mendigan (aquí nadie mendiga), entonces no entiendo cuál es el mote. ¿Por qué no hay mulatos? Según he leído sobre América, en parte hubo tanta mezcla porque habían pocas españolas, ¿es que habían más australianas – europeas? ¿O es que estos aborígenes son tan grandes y fuertes que nadie se atrevió a meterse con sus mujeres? (yo no me habría atrevido, de estar en el caso), ¿y cómo subsisten si no trabajan, pero tampoco mendigan?

Yo no sé. Pero tampoco sé porqué no hay kioscos, y porqué no he visto a NINGÚN perro ni gato (eso es muy triste) (podemos sospechar los motivos), y es que los australianos por un lado tienen toda esa rigurosidad y civilización, con esa arquitectura linda y grandiosa (realmente grandiosa, es una preciosura), y tan llena de verdor, pero por el otro lado matan a sus animalitos, y aíslan a sus aborígenes. Aunque casi todas las calles tienen nombres indígenas, entonces tal vez no lo hagan. Qué se yo. Aún no manejo la información suficiente. Tengo que ver otros lugares antes de hacerme una idea general. Ahora divago y esa es un poco la idea de viajar.

En el hostal (Frogshollow, 20 dólares la noche, bacán) he conocido a gente también. Me ven llegando con mis bolsas escuálidas del supermercado y me invitan a comer lo que ellos cocinan. Me impresiona que a todos les gusta cocinar y se la pasan horas en eso (a mí me da un poco de lata, reconozco, jeje). En especial me hice amiga de un ruso, una francesa, una gringa, y una alemana. El ruso vive acá, la francesa es una física cuántica de 24 años que se dedica a la investigación (qué choro), y la gringa y la alemana también andan con la Work and Holiday. Con todos ellos separamos camino ahora, excepto con la gringa, Macy, con quien tal vez me junte en Cairns. Es que ella viajaba con otra amiga, pero se separó de ella recién. Igual yo feliz de verla un rato, pero me molesta un poco eso de que den por hecho que, porque una viaja sola, va a aceptar todo tipo de compañía siempre y bajo toda condición (como que simplemente se impuso). Esta Macy hasta quería cambiarse de hostal para ir al mío. Pero tal vez lo pasemos bien, porque igual es simpática. No sé.

¡Y esas son mis noticias de Darwin! También hice un tour en lo más profundo de la selva, en donde hasta vi cocodrilos… pero estoy muy cansada, y en unas pocas horas parto a Cairns. Así que chaolín.

En todo caso me alegro de haber puesto en marcha este blog (lo que me ha tomado parte de la tarde). Sentía el bicho dentro de mí hace tiempo, pidiéndome que volviera a escribir en público… pero ninguna de las propuestas que me hacía me gustaba.

Esta sí.


Una ciudad tropical, en donde los árboles suelen ser más altos que sus edificios.



La plaza frente a mi hostal.



Unos pelícanos en la playa.



La pasarela más linda que he visto.




El insulto (o piropo) universal.



Una esquina como cualquiera.



Pajarito bañándose.




Una que confunde pederestian con pedestre, se asusta...



Los chistositos del hostal...

5 comentarios:

Constanza Greene dijo...

Que buen resumen!, me alegro tenerte de vuelta y mejor aun con version Aventuras Australianas!, no puedo dejar de comentar lo buenas de las fotos con tu camarita de 100 dolares, me encantaron, besos y cuidate

Cota

galgata dijo...

Mi primer comentario!! gracias!! jaja, oye es bacán mi cámara! qué bueno que te gustaron las fotos, yo las encontré medio fomeques, es que las saqué en poco tiempo (como antes no tenía).

Flor Casual dijo...

Hello dear!! buenísimas andanzas!! oye, siendo optimista no puedo dejar de opinar que quizás la razón por la que no hay gatos y perros callejeros es porque siendo tan "civilizados" han logrado esterilizar a todos y así ha mermado la población de los homeless?? y la gente que tiene a los suyos de mascotas se responsabiliza entonces no anda tirando cachorros a la calle... espero que así sea!! xxx

pisqueira dijo...

Super buenas tus fotos¡dan ganas de estar alla ¡ hacer turismo aventura leyendo solamente tb me gusta jajaj,

galgata dijo...

Tu crees?? No lo habia pensado asi! Ojala, pero no estoy tan convencida. Por un lado tienen hartas cosas civilizadas, pero por otro comen con la boca abierta y cruzan corriendo la calle como un chileno cualquiera... pero ojala!! aunque echo de menos a los casuales gatos callejeros a quienes hacerles carinio... pero que mala onda desearles una vida de vagabundeo solo para hacerles carinio alguna vez por ahi, no?